Tras 15 años de vida del ecommerce parece que finalmente España da dos pasos de gigante para afianzar el comercio online dentro de sus fronteras: el desembarco en la red de todas las marcas de Inditex, y la llegada de uno de los grandes del sector: Amazon.
Así , Massimo Dutti, Pull& Bear, Bershka, Oysho, Stradivarius y Uterqüe (hoy 7 de septiembre) y Amazon (el 15 de septiembre) aterrizan en un sector donde los referentes son los outlets online de Buyvip, Privalia y Vente-Priveé.
«La situación del comercio electrónico en España está a los mismos niveles, en gasto por habitante, que en Polonia», y al mismo tiempo «está al nivel de los países más avanzados en la búsqueda información de productos en la red», afirma Nacho de Pinedo, consejero delegado del Instituto Superior para el Desarrollo de Internet (ISDI).
¿Qué falta entonces para dar el paso definitivo? Posiblemente se juntan varios factores: un mercado todavía sin madurar, unos usuarios escépticos ante la compra online, y una oferta escasa (el 52% de las operaciones por internet desde España se realizan en webs del extranjero) y limitada en cuanto a tipos de productos y servicios (el 42% de la facturación del comercio electrónico en España corresponde a un sólo sector: el turismo online: vuelos, hoteles, etc. )
¿Es quizás miedo a perder clientes que acudan a los negocios tradicionales?
Lucas Carné, cofundador de Privalia, afirma que ambos mercados no sólo pueden unirse, sino que también pueden ser ventajosos el uno para el otro: «La multicanalidad, bien ejecutada puede suponer una ventaja competitiva para aquellos que se muevan rápido y sepan aprovechar sus virtudes. Por ejemplo: usar internet para llegar a más consumidores y generar tráfico en las tiendas físicas, y usar las tiendas físicas para dar un mejor servicio de posventa a los clientes on line».
Está por ver cómo reaccionará el mercado español ante esta nueva fotografía del comercio electrónico en nuestro país, pero lo cierto es que todo parece indicar que va por buen camino.