Uno de los principales objetivos de la computación desde su inicio ha sido el almacenamiento y la gestión de datos, pero la manera en la que este proceso se lleva a cabo ha ido cambiando a lo largo del tiempo y siempre ha estado estrechamente ligado al avance tecnológico, en términos de la electrónica (hardware); y la manera en que ésta se gestiona (software).
Durante este proceso han surgido necesidades, problemáticas y diversas aplicaciones para el uso de la información. De ahí es que se volvió necesario encontrar una manera de realizar este proceso, utilizando los recursos disponibles de la manera más optima y eficaz posible. Fue entonces que se desarrollaron las bases de datos en el ámbito digital y surgieron diversas maneras de gestionarlas.
Hace más de una década se creía que las bases de datos eran una disciplina madura y que no cambiarían significativamente con el avance de la tecnología, al menos no en términos de lo que a software se refiere. En aquel momento se pensaba que la manera más eficaz de almacenar y consultar la información eran las bases de datos relacionales, las cuales tienen como principio la teoría de conjuntos; además de que obedecían y sacaban el mejor provecho del hardware de almacenamiento existente en aquella época.
Pero hoy en día –una década después y mirando cómo la tecnología en cuestión de almacenamiento, procesamiento y transferencia de datos ha avanzado de manera exponencial– pareciera que el problema en cuestión de almacenamiento ha quedado en un segundo plano, gracias a tecnologías como el almacenamiento en la nube, el cual se podría decir que no tiene límite.
Hoy en día escuchar términos como big data, almacenamiento en la nube, minería de datos, algoritmos de inteligencia artificial, inteligencia de negocios (BI), etcétera, es muy común en el ámbito digital, aunque tal vez olvidamos o incluso desconocemos que son aplicaciones de bases de datos que son posibles gracias a la evolución tecnológica, en términos de hardware y software que tenemos actualmente.
Todas estas aplicaciones han conllevado retos y la necesidad de cambiar nuestro paradigma de cómo se gestionan y almacenan los datos, que han permitido que todas estas aplicaciones hayan sido posibles, sí podemos enumerar algunas de las más importantes como son: NoSQL, Almacenamiento columnar, almacenamiento en archivos, Almacenamiento en memoria RAM y DB orientadas a grafos.
Dejando un poco de lado la cuestión técnica y aterrizando un poco más en cómo interactuamos día con día con estas tecnologías y buscando de fondo cuáles han sido las necesidades y motivaciones que dieron pauta a estos desarrollos, encontramos claros ejemplos, como: las redes sociales, los buscadores web y el poder obtener y analizar estadísticas basadas en grandes volúmenes de información para tomar decisiones de negocio; lo cual también nos puede dar una idea de lo que probablemente en un futuro pueda dar lugar a nuevas maneras de entender, gestionar y manipular los datos.
Dando una mirada a las tecnologías y conceptos que están emergiendo y dando forma a los nuevos medios digitales, en cuanto a lo que a bases de datos se refieren estarán seguramente el Internet de las cosas, la Inteligencia Artificial (IA) aplicada al análisis de datos y el procesamiento del lenguaje natural, el procesamiento de video y biométricos en tiempo real.
Aplicaciones que poco a poco se están volviendo parte de nuestra vida cotidiana y que las podemos ver claramente en productos que están incorporándose al mercado, por lo que a la visión de un servidor es el futuro de las bases de datos.